Los quiero mucho a todos. Recordemos a Jesús. Si bien es un tiempo de amistad, unión y amor, en esta fecha reflexionemos y agradezcamos a Dios por todas las bendiciones que derrama todos los días sobre nuestras vidas. Por supuesto, no solo hoy, sino siempre. Jesús vive, y vive en nosotros. Celebremos, pues, el nacimiento de Emmanuel. Feliz navidad.
*Versión en castellano de la canción en YouTube.
Me parece que depende de uno creerse estas palabras; es decir, hermanos, si hemos recibido la adopción, por medio de Jesús, de hijos, pues por qué no aprovecharla. Sabemos que vivir en Cristo es por la fe. Entonces, hijo de Dios, cree, levántate y pelea. Dios es un Dios de Amor (1 Juan 4:10), la biblia lo repite muchas veces, además, una conexión genuina con Dios es una constante y eterna (de parte de Él) muestra de amor hacia nosotros, sus hijos. Dios es un Dios de iniciativas. Él viene hacia nosotros siempre que estemos dispuestos a recibir Su abrazo. Por lo menos, así es como me siento desde que me reencontré con mi Señor.
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo (Isaías 41:10)".
Los brazos del Señor son eternos, nosotros no; lamentablemente, le fallamos. Cuando mi decisión tomó forma de palabras, puedo recordar qué le dije al Señor: No importa lo que suceda, no voy a volver atrás. Resulta posible esa clase de promesa. No pecar resulta, simplemente, imposible. Pues no hay justo en la tierra. A la par, pude percibir que Dios sonreía y me decía: Esa promesa es mía. Yo te ayudaré. Jamás has estado solo y jamás lo estarás (Josue 1:9). Mi vivir en Cristo resultó muy difícil para entonces. Es decir, tanto tiempo alejado de Él causa una suerte de rutina. Una rutina de pecado. Pero esta vez, Dios mismo hizo el cambio. Y me lo confirma todos los días. Además, como me dijo amorosamente un gran amigo, por teléfono, al notarme apocado, mayor es el que está en ti, que el que está en el mundo. Y pues, definitivamente, en nuestras fuerzas poco o nada podemos hacer. Realmente, resulta absurdo intentarlo cuando la obra ya fue hecha en la cruz del calvario por Jesucristo, nuestro salvador. Todo se puede en Él.
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13)".
Y esa bendita palabra: Fortaleza, crea en nosotros esperanza y victoria. En tiempos de pruebas, para animarme y restaurarme (la palabra de Dios tiene el poder para hacerlo) suelo recurrir a un salmo que, hasta ahora, considero favorito, en donde David, con hermosos versos, declara el poder, la majestuosidad, la fortaleza de Dios para con su vida. Es totalmente precioso encontrarte con el León rugiente que pelea tus batallas y, al mismo tiempo, con el Padre amoroso que te abraza delicadamente, en el salmo 27. Añadiré algunos versos que competen a lo que quiero expresar ahora, pues el Salmo, desmembrado, es todo un universo de promesas para los fieles en Jehová. Decláralo, el Señor está pendiente de ti.
Hoy tus ojos me preguntan si aún te quiero,si aún te quiero.Sólo te importa saber si a estas alturas aún te quiero,si aún te quiero.Ya me lo advertiste,que no me fiara de mi propio corazón,que mi brazo es débil,y que el alma no suele tener razón.Y hoy estoy aquí, lamento haber fallado,no sé cómo no lo vi venir,No sé cómo te llegué a negar anoche,y aunque en tus ojos no había reproche,ya no puedo ni mirarte,se me ha roto el corazón,mi alma sólo siente frío y temor.Y has venido a preguntarme si aún te quiero,si aún te quiero, si aún te quiero.Sólo te importa saber si a estas alturas aún te quierosi aún te quiero, si aún te quiero.Yo no te merezco,no soy digno de tu sacrificio ni tu amor,y aún así derramasen la cruz tu sangre consiguiendo mi perdón.Yo no puedo hablar, te veo en el madero,se oscurece el cielo sobre mi,y a la vez está naciendo un nuevo amanecer,que nunca podré explicar ni comprender,soy culpable de tu herida,mi castigo es sobre Ti,yo me alejo, mientras Tu mueres por miY has venido a preguntarme si aun te quiero...